La presión arterial alta puede provocar complicaciones graves y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y muerte. Algunos hábitos que ayudan a controlar la presión arterial incluyen:
Seguir una dieta saludable
Mantenerse físicamente activo
Mantener un peso saludable
Evitar el consumo excesivo de alcohol
Dejar de fumar y evitar el humo del tabaco
Controlar el estrés
Reducir el consumo de sal
Limitar el consumo de cafeína
Sin embargo, a veces los cambios en el estilo de vida no son suficientes. Además de la dieta y el ejercicio, nuestros médicos pueden recomendar medicamentos para reducir la presión arterial.